El insigne pensador puertorriqueño, Don Eugenio Maria de Hostos, en su libro, “Lecciones de derecho constitucional”, define este derecho de esta manera: “Derecho constitucional es aquella rama de la Jurisprudencia que tiene por objeto concreto la constitución u organización jurídica de la sociedad.” En otras palabras, es la ciencia que, fundamentàndose en el derecho, como sustancial elemento orgánico, crea, fomenta, funda y constituye el Orden social.
Porque decir derecho, es apuntar, como meta de
todo grupo social la rectitud, la justicia, el balance social, el equilibrio
colectivo, o sea, el Orden. Que estructura, por medio de la Ley esencial de un
estado, el régimen básico de derechos-
deberes y libertades de los llamados ciudadanos. A la par, es decir, conjuntamente,
ocurre la exteriorización de La Ley, en los poderes reales e instituciones que la garantizan. Todas las
leyes, todos los derechos del hombre, cuando se institucionalizan, cuando se
establecen, como ideales sociales para una armónica convivencia, pues decir
sociedad, es decir, multiplicidad de seres viviendo en un espacio y
tiempo, cuando se convierten en los
derechos contitucionales, se transforman en La Carta Magna de los inalienables
Derechos del Hombre.
Porque hablar de derechos constitucionales, es
hablar del Poder para ordenar, para organizar, para gobernar. Ese gobierno puede ser el gobierno
de un clan, de una tribu, de una aldea, de un pueblo, de una ciudad, de una
nación de varias naciones, en fin, puede ser un gobierno del mundo, planetario.
Nunca se podrà aislar, por lo tanto, el
Poder del Orden, de la luchas que, através de la historia, ha suscitado el
problema de quién y cómo gobierna.
Por consiguiente, como se deduce, esa serìa la
historia del derecho; pero, baste con señalar, que la cuestión del ejercicio
del Poder, remite a luchas cruentas en que, precisamente, los derechos
constitucionales, vienen a ser una carta de triunfo real para organizar, de
acuerdo al derecho, una sociedad, o pueblo o nación o régimen.
Es por ello que al esencial problema del poder y el gobierno,
como se revela, desde los orígenes, es decir, desde el principio de su
historia, se le han dado diferentes respuestas. Como por ejemplo la monarquía
absoluta de Jehová, en el pueblo judío, posteriormente encarnada en los reyes
que la representan o el Papa que se la apropia, hasta el comunismo de Marx,
pasando por castas, oligarquías, dictaduras, césares, zares, plutocracia, aristocracia,
jeques, caciques, han sido ensayos de respuestas al problema de quién es el que
posee el poder para organizar el orden, para justificar la paz social. La conquista de los derechos del
hombre, y su constitución, por medio de la Ley,
creadora del justo orden social, ha sido, absolutamente, uno de los
triunfos màs grandes de la humanidad.
No tenemos que ser juristas, ni tan siguiera
aprendices de la leyes, para darnos cuenta que el hombre, hasta el día de hoy,
no ha podido lograr el sueño de una justa sociedad, sencillamente, porque las
fórmulas históricas, usadas dentro del marco del ejercicio del Poder, han sido perjudiciales para la humanidad.
Hablo de horribles tiranìas, hablo de imperios, hablo de reyes, de cesares, de
emperadores, de dictadores, que con su Poder absoluto, “yo soy el Estado”, sólo
han traído destrucción, guerra, muerte a millones de seres humanos.
Ese caos del poder, también a lo largo de los
surcos de la historia, ha sido combatido, el hombre ha resistido tiranìa, ha
luchado contra el poder absoluto cruel y déspota; y, no hay duda, que uno de de
sus màs grandes triunfos en esa lucha, fueron la formulaciones de los derechos
del hombre y su constitución desde el Siglo de la Luces, el Siglo XVIII, en
fin, desde las grandes revoluciones, que fundaron la modernidad polìtica, donde
el poder soberano, reside en el pueblo que escoge a sus representantes como
sìmbolos del poder democratizado. Hablo del poder y su distribución, o sea,
de la separatividad del Poder en
poderes, en fin, hablo del trànsito del absolutismo a la democracia liberal.
Termino con una pregunta esencial; ¿el nuevo
gobierno, elegido recientemente en nuestra isla desencantada, tiene el Poder
real, verdadero para lograr todos los cambios que prometen?
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