jueves, 28 de febrero de 2013

Aforismo 8: Un astuto mecanismo de defensa




Un astuto mecanismo de defensa: Un sutil y extremadamente astuto mecanismo de defensa es el que se manifiesta afirmando: “como tu tienes o haces o dices lo mismo que yo, no hay entonces que preocuparse por lo inferior en mi, porque al final tu y yo y todos somos iguales. Somos lo mismo.
          Por consiguiente, si en una conversación cualquiera se le señala lo que hay que superar, el transito que debe tomar de lo inferior a lo superior, evolucionar, dice, poniendo en acción inmediata su astuto mecanismo de defensa,  ¿y tu no eres igual?
Pero la falta no es lo que  iguala, lo que conforma; sino el grado de conciencia, el grado de lucidez profundo que se tenga  para iniciar o y continuar el camino de la superación necesaria de lo “humano demasiado humano” en nuestra naturaleza, inferior, imperfecta.
Pepe Robles


miércoles, 27 de febrero de 2013

Aforismo 7: Los modos de la moda

Los modos de la moda: Las modas son fugaces, efímeras, van y vienen, como las olas. Llegan y se van, regresan y desaparecen son como llamas de fuego. Caen y decaen. Por lo tanto, ¿es prudente tomar la moda como lo fijo? ¿Como lo permanente? ¿Como lo absoluto? ¿No es un riesgo, un grave riesgo, confundirnos al dar lo huidizo, las modas y modos, por causa final, cuando ellas son solo son, accidentes, meros accidentes de la existencia? ¿No es, acaso, tomar el rábano por la hoja, la cascara por la fruta, el efecto por la causa? ¿No es hora de llegar a la realidad profunda del Ser que es, alejándonos del modo de ver la realidad como mera apariencia? En fin, abandonemos ya la moda de creernos que el modo permanente de las cosas que son en cuanto son, en la esfera  de nuestra existencia, son las apariencias que ocultan lo que verdaderamente Es: adentrémonos en nuestra mismidad y seamos lo que somos, más allá de toda nebulosa moda sin modo radical de ser. Digámosle, adiós, a la Nada.

Pepe Robles

lunes, 25 de febrero de 2013

Una pregunta imponente



Aforismo 6: Una pregunta imponente
Se impone este preguntar imprescindible: ¿Cuando decimos: Yo quiero, yo anhelo, yo deseo, queremos, anhelamos, deseamos de verdad?

lunes, 18 de febrero de 2013

Aforismo 5: Serse en si mismo



Paradojas del Ser: A ningún estudioso del pensamiento filosófico griego, le será extraña esta paradoja existencial: La apariencia de la realidad no es lo real; porque afirma como verdadero, lo falso. Tener una visión aparencial de las cosas es vivir desde coordenadas irreales, falsas. Porque la realidad  aparencial es el supremo espejismo, la gran ilusión del que no tiene ojos para ver sino lo superficial de lo existente.
La realidad no aparente; por consiguiente, la profunda, escapa a esa primera visión sensorial de las cosas que son en cuanto son. La realidad es sustancialmente, entonces, metafísica. De ahí, pues, la búsqueda equivocada de lo que es, en lo que  nos aparece como dato de sentido.
¿No es hora, pues, de fundar el Ser que es, en si mismo, en su mismidad, en sus adentros, donde habita la Verdad,  como afirmo Unamuno,  que jamás será un ser ahí, sino un ser para mi? ¿Un para mí que equivale a mi realidad, mi mundo, mis cosas, en la penetración honda que llega  a lo que se da más allá de lo aparencial? Y verlo… ¡Eufóricamente!, es decir, con Dioses adentro, entusiasmadamente,  a lo griego.

viernes, 15 de febrero de 2013

Aforismo 4 !Sorpresa: Cristo y Don Quijote!

Sorpresa: ! Cristo y Don Quijote!

Son las intuiciones de don Miguel de Unamuno, en su vida de Don Quijote, que abren los ojos en el pensamiento español, para la visión  del vinculo hondo entre el enderezador de entuertos y Cristo. Sorprende, por lo tanto, cuando uno  lee en  el aforismo 114 del libro Aurora de Federico Nietzsche:" En el momento del sufrimiento supremo Cristo se hace clarividente consigo mismo como lo fue tambien el pobre Don Quijote al morir."



Trazando Nietzsche el parentesco innegable entre ambas figuras, como siempre, ya que nació postumo, se adelanta en el pensar de laa humanidad y deja vibrando, con certera intuicion, una de las relaciones mas curiosas, mas profunda en la historia de las ideas del Hombre: la identidad entre figuras de ficción y figuras de carne y hueso; entre lo divino y lo mitológico, entre religion y literatura, en fin, entre el loco de Cervantes y el cuerdo de los Evangelios.

jueves, 14 de febrero de 2013

Aforismo 3 Haber visto



Haber visto: Asombra la idea griega de que saber equivale a haber visto.  Que el Ver; es decir la Imagen, es la fuente originaria que nos abre las entrañas de  todas las cosas. La imagen primigenia crea el Mito. También el lenguaje, el arte, en fin, la totalidad de las formas simbólicas. Incorporar  la imagen  nos saca de lo caótico y nos conduce a la senda recta del conocimiento profundo de las cosas. Nos humaniza; nos convierte en veneradores
Porque haber visto, saber, es llegar a la esencia esencial de la forma en si, para si  por si y desde si, donde ser y mundo se vinculan en trascendencia magna. ¿No es, en ciertos momentos, la entrada, haber visto, una salida, un saber y esta, la salida, lo visto, a su vez una entrada? ¿Se entra saliendo o se  sale, entrando? ¿Entrar, haber visto, según la estructura del universo no es una salida? Lo visto, o sea lo sabido  ¿no es abrir la posibilidad de entrar en el pluriverso que se hace verso en el universo?  Pero… ¿salimos o entramos? Mejor salgamos entrando o entremos saliendo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Aforismo 2: Los frutos no maduran todos a la vez

Los frutos no maduran todos a la vez:  Puede saberse o no; pero en el  Macrocosmos como en  Microcosmo, en el universo como en la Tierra, en la naturaleza como en el mundo humano hay Leyes. Una es la del Proceso del Ser en su devenir. El Ser no es; el Ser se hace, siendo, haciéndose. Se constituye en su manifestación diversa, múltiple. Como decía el sabio Aristoteles el Ser se predica de muchas maneras.

Por consiguiente, un fundamental principio pedagógico consiste en descubrir la ley de ser, de desarrollarse, de revelarse cada estudiante, encontrar su propia ley de crecimiento; prender en plena dinámica de manifestación sus estados de conciencia.

Porque es imprescindible para cualquier proceso de enseñanza profundo y verdadero fijar certeramente los limites de la  conciencia posible. Ya que esa conciencia de los limites posible es sustancial  a la evolución del hombre en la tierra.

Sin embargo, la masificacion actual de la educación, es la parálisis del Ser, es la cristalización del serse en el devenir de la expansión de la conciencia. Es la inmovilidad, el freno a las infinitas posibilidades que cada estudiante debe ser en su evolución. Es ponerle un candado a su proceso de ser en su devenir. Es la negación absoluta de su vida, de su vida saludable. En fin, es hundirlo en el no ser nada.

lunes, 11 de febrero de 2013

Poesia Azarosa


Poesía Azarosa


En, un panal oculto, en una secreta cueva,
Enmarañada de un negrísimo
Terciopelo, la luna...
¿La tierra?
Alguien... ¿quién?
Le ha robado un pedazo de  su queso,
Sueña,
En el inquieto acorde brumoso de un mar,
Fundiéndose explayadamente con el  cielo.

¿El sol?
De rozado es su vestido de fino lino.
El vaivén. (El siempre bamboleo)
La barca se detiene,
Sólo se detiene.
Un lucero puja por nacer.
El vientre se expande, se dilata.
El río se pone a velar,
Como centinela silencioso.
El bosque lleno de pitirres alborozados.

¿Los tiempos?
Hay tiempos que no son tiempos.
Pero el pujo, es real.
El alba llegará.
En sandalias de coral.

¿El tiempo?
Volverá a nacer
En la alborada de una mañana.
Cabalgando en alas de gaviotas,
Que siempre saben prender,
El diamante de un lucero
En el claro pecho
De una noche alargadamente tenue,
Como un quejido leve de un oboe,
Donde las estrellas,
Ya no son estrellas robustas,
Sino cucubanos,
Adornando la noche
De un amanecer de sueños,
De vuelos
De los siete hijos
De la suave primavera.

Es Lope,
El gran Lope de Vega
El que me habla:
« Un soneto me manda hacer Violante.»
¿Es hora de soneto?
... ¿O de clarines o de epopeyas?
¿Epopeyas?
¿La del gigante monstruoso
Que en pesadilla,
Brota del mar de la mente
Para aterrar a una niña?
¿O niño o campo o pueblo
O ciudad o nación o a un verso?

Corrientes de lírica infinita,
Que mis dedos sienten su empuje,
Su ahínco, su fuerza.

¿Niño?
¿De  qué?
¿De espumas?
¿De escamas?
¿De espinas?

¿Niño?
Mejor...
¡Suspendo!

¿Niño? ¿Espejo?
Pero se oye el lloro,
El siempre lloro
Que ahoga la rosa tenue
De una alborada
De niños robustos, alegres:
¡Combatientes!

Yo soy... ¿qué?
¡Sí! Yo soy  y seré
En un mundo dislocado,
En un mundo de “hamburgers
De “hot dogs”, de “chickens nuggets”,
De Chu Wan,
De costillitas chinas
Cocinadas en una isla, como la nuestra,
Tropical.
Soy y seré... ¿qué?
¿Lo sido?, por favor: ¡No!
El tiempo,
Decía un maestro de soledades,
«Es irreversible»: entonces...
Yo: irreversible
En la clara conciencia
De haber sido río de lujuria
Enamorado, hechizado locamente,
A sus anchas de su madre.
Freud tenía razón:
« El niño es un polimorfo perverso.»

¡Viejo, don Miguel!
¿Quien lo iba a decir
Que a mis 55 años,
Estuviera,
Como siempre,
A las márgenes de tus orillas,
Pescando en tus aguas.
Gracias don Miguel, ¡ah, olvidaba!
De Unamuno,
Que no es lo mismo,
Ni se escribe igual, que eso quede claro,
Por favor,
Viejo don Miguel, creerás,
Y, aunque no lo creas,
Que no es la cuestión divina,
El ansia de inmortalidad,
La esencia trágica de mi existencia,
Sino...
La desesperación colonial.
La esclavitud de esta mi Patria
Donde resuena soberano el verbo de tu lengua,
Que es la nuestra,
Pero sumido, apagado:
¡Esclavizado!
Lo siento, tanto, don Miguel
Pero ya no pienso, como tú.

Pepe Robles
Manatí, El Atenas