domingo, 6 de enero de 2013

A mis angeles

Domingo Marrero, autentico teólogo puertorriqueno, en su exquisito libro Meditaciones de la pasión, ha dicho: "Jerusalen es una constante en la cifra del dolor y de la vida." Es decir, que ninguno ser humano esta exento, libre de la agonía, del sufrimiento abismal. Nada humano puede evitar su hora critica, su hora intensa de desesperación y dolor infinito. ! Nadie!

Recientemente viví intensamente mi hora crucial, mi hora de infinito dolor y desgarradora agonía: fui operado de corazón abierto.  Domingo Marrero, ademas, dice: " En la hora crucial Dios provee recursos espirituales inesperados que nos fortalecen mas allá de toda esperanza." Como nunca en mi momento de dolor esas palabras cobraron una realidad  existencial inmensa, profunda, verdadera.

Porque desde que las tinieblas me arroparon, tuve la dulce experiencia de tener a mi lado realmente, a mi lado, una serie de personas que  con su amor y cuidado, me  proveyeron recursos espirituales inesperados que me fortalecieron mas allá de toda esperanza, como mi amada esposa, Silvia Freytes, como mis hijas Marialba Robles y Guanina Robles y mis hijos Rojo Robles y Moncho Robles. Ademas, a  las enfermeras Franchesca Sanchez y a la hermana de Eva Luna que me cuidaron intensamente en el intensivo del cardio vascular, incluyendo a todas las enfermeras de este hospital maravillosos.

Luego tuve el apoyo de todos el personal directivo, administrativo y facultativo del Atenas College de Manatí  Y sobretodo a todos mis estudiantes que estuvieron siempre conmigo orando y pidiéndole a Dios por mi salud. Quiero a todos esos recursos espirituales decirles desde el fondo de mi nuevo corazón: Gracias, infinitas gracias por ser los ángeles que cuidaron mi entrada y mi salida en la hora de mi gravedad y decirles que espero servirles plenamente con mi nuevo corazón que ahora mas que nunca es de ustedes...

Pepe Robles



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